Hablemos de un Beso…

 

     Hablemos sobre un beso,  sobre la ternura de una caricia,  sobre unas manos entrelazadas a otras manos; hablemos sobre una metamorfosis, sobre el Laurel y las raíces, sobre las flechas de Cupido; sobre una huida y su maldición… sí, hablemos de un Apolo y su Dafne, de un cuadro enardecido, de la escultura enfrentada y sobre todo, hablemos de casualidades, de historias imposibles, de destinos truncados.

    Es tal la controversia que me transmite esta historia, que no alcanzo a discernir lo bello de lo horrendo, lo brillante, de lo doloroso, es todo un raudal de contrasentidos e impresiones contrapuestas: buenas frente a malas, esperanzadas frente a condenas, unas junto a otras, entrelazadas, mezcladas e inseparables y a la vez tan distintas, o tan imposibles de mezclar, que resultan inmiscibles al alma … pero,…y rompiendo todo lo racional,…. en cambio, …  Suceden ..  (me inquieta la historia, lo confieso).

Detallle de "El Beso" de Gustav Klimt

 

    Preguntémonos cuál sería la efímera visión de ese artista, del pintor que raptó el beso; qué secreto conocería, regalo de dioses o ninfas, para retener tanta ternura en una historia desgarrada.
    Es normal que él(Apolo), mostrara ese cariño que intenta retener con su abrazo y su beso; es normal que él, loco de amor por unas flechas malditas, tuviera que aferrarse a su piel antes de que la metamorfosis, maldito o bendito laurel, le robase el destino… su expresión no me sorprende, es cierto.
    Pero ella, me detengo a observar sus dos manos: una sobre la de él, manteniendo su caricia y la otra, rodeando su cuello y extrañamente contraída; la primera, me deja el latido de una aprobación, de un sentir gemelo, cierra los ojos y mantiene detenido el tiempo…. la mitología niega esto último, pero en cambio, la imagen lo proclama (como decía antes, bajo ese secreto que sólo el artista conoce). La otra mano, no impide nada, pero dentro lamenta algo que sólo ella entiende, por eso se contrae, se retuerce entre "un sí, pero no"…. un filtro doloroso y una batalla de sentires que me conmueve…
Puede que Dafne, también sintiera que aquella maldición no debiera de ocurrir, que su intrínseco lamentar fuera por eso, condena de dioses, juego de fuerzas capaces, pero insensatas….a veces hasta la propia mitología parece demasiado simple, demasiado ligera… me pregunto, qué habría sido de Apolo y Dafne si la venganza de ese Cupido quisquilloso no hubiera ocurrido. Quizá sin la flecha dorada para él, o la de plomo de ella no se hubieran disparado algo distinto habría pasado… quien sabe, es una historia que me desconcierta.

 

"Dafne comenzó a transformarse en un laurel. De sus pies iban saliendo raíces y sus extremidades se convertían en frondosas ramas del árbol.

Apolo abrazó tristemente el árbol y entre lágrimas declaró que ese árbol sería consagrado a su culto."

 

    Y ya, como contrapunto a lo anterior, basado en los hechos fieles de lo que nos contó la historia, me paro a contemplar esa escultura de Bernini y se me desgarra el alma contemplando ese dolor inútil, esa escena de piedra fría y el inicio de la llamada Metamorfosis. Hay tanto dolor oculto… y tanta belleza, tanto sentimiento enfrentado…

 

Apolo y Dafne de Bernini

 

    Me sorprende, además, cómo la propia metamorfosis de Dafne sea abanderado de la libertad, de los amores no correspondidos y de toda esa huida… me aterra pensar cómo una historia se simplifica y sea Apolo, el enamorado no correspondido y Dafne, la muchacha que huye  por temor, llega a simplificarse hasta tal punto y dejamos de lado las flechas malditas, el juego del caprichoso cupido y todo un ejército de latires que no debieron ser.

Y qué cierta resulta ahora la amenaza de Cupido:

“Tu arco lo traspasa todo, Apolo, pero el mío te traspasará a ti.."

(historia completa de Ovidio)

 

Viento 2009

 

 

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