Archivo para abril, 2008

El Velo azul de RM

 

"…¿Conocéis a la diminuta reina Mab, aquella que Shakespeare pasea por el país de los sueños y de los enamorados, donde vagan Romeo y Julieta?

Ella, -el hada gentil que baja por un rayo de sol, en su pequeño carro hecho de una sola perla y tirado por cuatro coleópteros empenachados, de bruñidos capacetes y trasparentes alas,

– ella, ella será la que emancipe al Poeta. Al menos conseguirá siquiera adormecerlo, engañará su dolor, lo hará olvidar sus penas.

¿Sabéis cómo? Mirad el lienzo; allí la veis; compasiva y tierna envuelve al Poeta en su velo azul, casi impalpable y tan tenue como la sombra de una ilusión. Ese velo encantado trae consigo los dulces sueños, y hace ver la vida color de rosa.

¿Comprendéis ahora?

Dante borró la esperanza y creó el infierno, ¡Lasciate ogni speranza! …

Arrojad la divina esperanza sobre la noche

y tendréis el día."

 

AZUL- Rubén Darío

 

Elogio a la Locura. Erasmo de Rótterdam

 

 

     De pronto, la LOCURA, subida en la grada, frente a un público incrédulo, empezó a narrar la verdadera historia de las cosas:

La Locura de los niños..

"…¿no es cierto que la infancia, los primeros años del hombre, es la más alegre y encantadora de todas las edades? Se ama a los niños, se les besa, se les abraza, se les acaricia, se les mima; hasta un enemigo es capaz de correr en su ayuda.
¿Cuál es la causa? Sencillamente que desde su nacimiento, la naturaleza, madre previsora, los ha rodeado de una atmósfera de LOCURA que hechiza a los que les educan, les libra de sus preocupa ciones y atrae hacia esos pequeños seres la protección que necesitan.

Si por ejemplo viésemos a un niño con la prudencia y sabiduría de un adulto, ¿no lo contemplaríamos como a un monstruo? El proverbio tiene razón cuando afirma: “Odio en los niños la sabiduría precoz”.

 

La Locura de la vejez…

Y por último para que no creáis que no son más que fantasías mías considerad a los hombres ya adultos, que la experiencia y el estudio comienza a convertir en sabios; de pronto, la belleza comienza a esfumarse, la alegría se extingue, las fuerzas disminuyen, la gracia desaparece; a medida que se alejan de mí (locura), la vida les abandona cada vez más hasta que al fin llegan a esa malhumorada vejez…

Si alguien quiere saber de qué medios me valgo para realizar esta transformación, no tengo reparo en decírselo. Los conduzco a las fuentes del Leteo que se hallan en las Islas Afortunadas (por el Infierno no discurre más que un pequeño arroyo de este río); allí les hago beber a grandes sorbos el olvido de todas las miserias de esta vida; sus inquietudes y sus penas se disipan poco a poco y se rejuvenecen.
Me diréis tal vez que se vuelven extravagantes, que chochean. Naturalmente. Precisamente a esto se le llama volver a la infancia. Divagar, tontear, ¿no es precisamente lo que hace un niño? ¿No es justamente por esa falta de razonamiento por lo que nos alegra y nos divierte?

 

De las semejanzas..

Por otra parte los ancianos gustan de la compañía de los niños y éstos de la de los ancianos; “porque los dioses les place unir los seres que se semejan”. Así es, porque si prescindimos de las arrugas y los años que implican la vejez, ¿habrán dos seres que se parezcan tanto como un anciano y un niño? Iguales los cabellos, la boca sin dientes, cuerpo reducido; les gusta la leche, parlotean, tartamudean; el embobamiento, el olvido, la indiscreción, todo concurre para formar entre las dos edades un parecido perfecto.

Cuanto más viejo se hace un hombre tanto más se parece a los niños, hasta que al fin se marchan de este mundo como verdaderos niños, sin guardarle rencor a la vida y sin darse cuenta de la muerte…"

"Elogio a la Locura"

Erasmo de Rótterdam

 

 

What a Wonderful World – Louis Armstrong

 

 

 

Oda al Aire. Neruda

 

ODA AL AIRE (original de Pablo Neruda) 

 

Andando en un camino encontré al aire, lo saludé y le dije con respeto:
“Me alegro de que por una vez dejes tu transparencia, así hablaremos”.

Él incansable,
bailó,movió las hojas,
sacudió con su risa
el polvo de mis suelas,
y levantando toda
su azul arboladura,
su esqueleto de vidrio,
sus párpados de brisa,
inmóvil como un mástil
se mantuvo escuchándome.
Yo le besé su capa
de rey del cielo,
me envolví en su bandera
de seda celestial
y le dije:
monarca o camarada,
hilo, corola o ave,
no sé quien eres, pero
una cosa te pido,
no te vendas.

El agua se vendió y de las cañerías en el desierto he visto terminarse las gotas y el mundo pobre, el pueblo caminar con su sed tambaleando en la arena.

Vi la luz de la noche racionada, la gran luz en la casa de los ricos. Todo es aurora en los nuevos jardines suspendidos, todo es oscuridad en la terrible
sombra del callejón. De allí la noche, madre madrastra, sale con un puñal en medio de sus ojos de búho, y un grito, un crimen, se levantan y apagan
tragados por la sombra.

No, aire,
no te vendas,
que no te canalicen,
que no te entuben,
que no te encajen
ni te compriman,
que no te hagan tabletas,
que no te metan en una botella,

cuidado! llámame cuando me necesites, yo soy el poeta hijo de pobres, madre, tío, primo, hermano carnal y concuñado de los pobres, de todos, de mi patria y de las otras, de los pobres que viven junto al río, y de los que en la altura de la vertical cordillera pican piedra, clavan tablas, cosen ropa, cortan leña, muelen tierra,

y por eso yo quiero que respiren,
tú eres lo único que tienen,
por eso eres
transparente,
para que vean
lo que vendrá mañana,
por eso existes,

aire, déjate respirar, no te encadenes, no te fíes de nadie que venga en automóvil a examinarte, déjalos, ríete de ellos, vuélales el sombrero, no aceptes sus proposiciones,

vamos juntos
bailando por el mundo,
derribando las flores
del manzano,
entrando en las ventanas,
silbando juntos,
silbando
melodías
de ayer y de mañana,
ya vendrá un día
en que libertaremos
la luz y el agua,
la tierra, el hombre,
y todo para todos
será, como tú eres.

Por eso, ahora, cuidado! y ven conmigo, nos queda mucho que bailar y cantar,

vamos a lo largo del mar, a lo alto de los montes,
vamos donde esté floreciendo la nueva primavera
y en un golpe de viento
y canto
repartamos las flores,
el aroma, los frutos,
el aire
de mañana.

  (Extraído de "Oda al Aire" de Pablo Neruda)

 

Un beso por una poesía

 

-Sé pensar. Esperar. Ayunar.
-¿Nada más?
-Nada más… Pues sí, también sé hacer poesías.

           

¿Quieres darme un beso por una poesía?
-Si me gusta la poesía, sí

             Siddartha de Hermann Hesse

 

 

Thais por Janine Jansen

    La imagen perfecta de THAÏS, reflejada con en un liezo sobre la superficie del espejo. ¡Qué fugaz y cruel esta belleza que muestras!, piensa mientras se contempla… qué cadena tan injusta me hizo presa se ella -para quitármela ahora- Qué regalo tan miserable,  que me hizo pensar que sería eterno….
La pasión de Jules Massenet, su musa encarnando a esa cortesana de Alejandría, los violines acariciando el aire; desde el alma… la ternura de Janine Jansen ¿hay una melodía más hermosa que esta?…
Yo no se de música, tengo que reconocerlo,pero la sensibilidad de esta melodía, parece mover algo aquí dentro…No entiendo bien el mecanismo, ni se de las causas… pero escucharla,…simplemente oirla, parece saciarme el alma. Si lo pienso, me da verguenza admitirlo… quizá sólo sea, que las sombras,o como mostraba Hesse, mi «lobo estepario», se quede dormido con estas notas.

todo aparece un poco diferente cuando se expresa,

 algo falseado, un tanto necio,

sí,y también esto está bien …

 aun con ello estoy perfectamente de acuerdo,

que lo que es tesoro y sabiduría de un hombre

suene de un modo tonto en los oídos de los otros»

(Siddhartha)

  

 

Lo Inesperado

 

 

Reflexionando sobre lo Inesperado

Dicen, los que han oído el Nombre de las cosas, que las Esperanzas, pese a lo que todos solemos pensar, no son mas que el comienzo; un acuerdo de mínimos que nosotros mismos nos forjamos. Algo que nos sirve, donde aferrarnos y que nos permite sonreir si de pronto miramos al cielo.

Pero no es suficiente. Nunca es suficiente….por más Sueños que tengamos, por más Esperanzas que vayamos repartiendo, la vida, cuando lo decide, lo tira todo por tierra y si procede, nos regala más de lo que habíamos soñado, esperado…o tan siquiera imaginado. Es así…yno se puede superar a la Vida en eso.

Otras no, otras veces sucede lo contrario… y no nos debe entristecer. Todo es cosa del momento, del tiempo preciso en el que las cosas deban ser. – O no- , pero por si acaso…para eso inventamos a las Esperanzas, para paliar los momentos de espera, para alimentarnos mientras la vida nos "da la vez"

Y después de la presentación, esta hermosa reflexión prestada:

 

"…Nadie cree que su vida saldrá más o menos bien. Todos creemos que vamos a estar bien. Y desde el día en el que decidimos ser lo que queremos ser y hacer, nos llenamos de esperanza. Esperanzas de los caminos que nos abriremos… La gente a la que ayudaremos, lo que nos afectará… Grandes esperanzas de quién seremos, adónde iremos. Y entonces, llegamos ahí.
Todos pensamos que vamos a estar bien. Y nos sentimos un poco engañados cuando no damos con nuestras
esperanzas. Pero a veces, nuestras esperanzas nos subestiman.
A veces lo esperado simplemente se queda en nada en comparación con lo inesperado. Tienes que preguntarte por qué nos aferramos a nuestras esperanzas… porque lo esperado es lo que nos mantiene firmes, derechos… inmóviles. Lo esperado solamente es el comienzo. Lo inesperado… es lo que cambia nuestras vidas."

(Great Expectations)

 

El Deseo de las Ruinas

 

 

El Deseo de las Ruinas

          Hablar de este Deseo, es pintar un puente a medias -sin orillas que unir- y trae, como lo hacen los edificios en ruinas, la sensación amarga de algo incomprendido. No se alcanza a entender el motivo -si es que hubo alguno-; ni muestra la silueta de los tiempos grandes, cuando la idea, por si misma, era suficiente: cuando aún había esperanza… Pero el Deseo, quedó, de algún modo preso y su figura, ya no abre esos sueños, ni es esperanza, ni habla de tiempos por llegar; ya sólo es un intento fallido, un amago petrificado, como un salto al que no le salieron las alas…

                                       dio-Ruinas

       Cuando te sientas a contemplar al Deseo, una brisa ligera te visita, muy sutil, casi imperceptible que te va trayendo el olor de esas ruinas. Percibes la traza de alguna florecilla obstinada que se empeñó en nacer entre las rocas. Te trae, si lo escuchas, bajo la marca del silencio, el eco de una conversación, unas palabras deshilachadas, ya sin tiempo al que fijarse; sin rumbo…como una flecha que perdió el Norte y olvidó su diana. Pero…¿La tuvo alguna vez?

        El mensaje del Deseo, aunque suene triste, en el fondo no lo es -o puede que sí- No es clara la conclusión. Esta tarde, cuando volvamos a coincidir, le sacaré el tema…aunque, posiblemente, como siempre pasó… me olvide de la pregunta y desubicado, regrese sólo con la respuesta.

                                       

Viento 2008

(Leer más sobre "Mi Libro de los Deseos")

 

 

Artículo de Carlos Asenjo, para los que «creemos como cierta» tanta belleza…

 

 

Ese cielo azul que todos vemos, ni es cielo ni es azul 

Publicado en Ideal 24.03.08  por CARLOS ASENJO SEDANO

 

         Se trata de un famoso verso del clásico Lupercio Leonardo de Argensola, que lo remata así: «¿Lástima que no sea verdad tanta belleza! »; verso que fue contestado, en nuestros días, por ese gran poeta compostelano que hace años anduvo por Granada, Miguel d’Ors: «Es cielo y es azul ». Y el melancólico paseante de jardines, de nostalgias, de amores, de tanta ilusión como de tanta amargura, ese que tantas veces contempla el cielo asombrado, se pregunta: ¿de verdad que ese cielo tan azul que tanto nos ha hecho soñar, ni es cielo ni es azul?

           Porque he ahí la cuestión fundamental de nuestros días, el tema de nuestro tiempo que diría Ortega, aunque ahora referido a distinta circunstancia y motivación. La verdadera cuestión del ser o no ser, en boca de Hamlet, a que nos ha llevado el relativismo y el agnosticismo, y, desde ahí, el escepticismo. Porque si ese cielo que vemos y siempre hemos visto, especialmente aquí en Andalucía, resulta que ni es cielo ni es azul, ¿quién nos asegura que aquel amor, aquella belleza, aquella quimera, aquella ilusión , fueron o no fueron una realidad y sí más bien una simple alucinación, un sueño de una noche de verano, a estilo calderoniano, un despropósito, una locura, simples realidades virtuales, manían de mentes calenturientas y enfermizas?

           Nuestro problema, aquí y ahora, es que nos han robado la realidad objetiva, el concepto de realidad objetiva, lo que siempre ex natura ha sido la verdad, para sumirnos en un mundo de puras subjetividades, en donde nada es verdad ni mentira sino simple consecuencia de nuestra apreciación, simple interpretación del cristal con que se mira, obviamente una apreciación siempre condicionada por nuestros intereses. Nada es verdad ni mentira, sino lo que en cada momento interesa a nuestra mentira y nuestra soberbia. Y si no hay cielo, ¿qué hacemos con Dios o con el diablo? De donde fácilmente saltamos al otro escalón, ese que afirma que nada es bueno ni malo, moral ni inmoral, sino tal cómo lo aprecie nuestro particular punto de vista. Es decir, nuestra propia perspectiva y conveniencia. La consecuencia lógica es que todo está permitido, siempre que esté bien visto y no desentone de lo política y socialmente correcto, que así se constituyen en auténticos dioses del comportamiento humano. Si Dios está muerto, según Niestche, ¿de qué nos sirve el cielo, ni el azul, ni ser creyentes, ni siquiera ser buenos o malos? El garantismo, (te ofrezco el paraguas por si mañana necesito el tuyo, porque en esta tesitura es bueno que ninguno nos mojemos), así, será uno de sus partos más gloriosos. Y la demagogia demoledora de toda verdad absoluta que, como el cielo azul, ya no es verdad ni tampoco absoluta. Y obviamente, si el cielo ni es cielo ni es azul, ¿qué me dice usted de todo lo que hay detrás de ese cielo, incluida la lluvia de primavera?

             El relativismo y el agnosticismo, como en un juego de magia, hete aquí que nos han dejado sin ese cielo tan azul y, para nosotros y nuestra tradición, siempre tan real, fuente de nuestros sueños y nuestras esperanzas. Y no contentos con dejarnos huérfanos de ese cielo, en lo que parecía una atrevida metáfora poética, enseguida se nos ha venido más acá, más a la realidad del cada día, de cada sentimiento, porque con ello también nos han quitado la esperanza de soñar. Y zarpazo tras zarpazo, unas veces a mano armada y otras por medio de un disimulado hurto, hete aquí que nos han robado casi toda la heredad paterna de tantos siglos y tantas meditaciones ilusionadas y no pocas guerras aunque la mayoría fueran culminadas con tristes derrotas. Y así comenzaron por escondernos aquel Santiago que a caballo nos ayudaba a recomponer la esencia y la historia de España con la excusa de ser una anécdota más que una categoría, porque los milagros, como el cielo azul, no existen, y luego, ya descabalgados del caballo y del milagro, han acabado por escamotearnos la patria, que esa sí que era una realidad visible y tangible en la que todos creíamos, asentada en no poca tierra y no menos sangre de tanto iluso que murió contemplando la luna clavada en ese cielo azul y esperando altas recompensas de las estrellas, el otro mito de antaño, en que verdaderamente creía, y del que todos esperaban premios y satisfacciones tanto como justicia lo mismo para vivos que para muertos con alguna condecoración de pacotilla..

            Pero negada la mayor, como decían los escolásticos, toda la legión de las menores se nos ha venido por tierra, si es que la tierra, como el cielo, existe o no existe. Porque esa es otra cuestión a resolver El caso es que negado el cielo y su azul, en donde se guardaban todas nuestras esperanzas, tras escamotearnos a Santiago y, luego, también la patria, nos han ido robando y transformando los recuerdos, las querencias, las nostalgias y hasta el amor de aquella chica rubia que nos esperaba en la plaza. Y el caballo de hojalata, que verdaderamente trotaba y hacía milagros y asustaba a los moros, y aquella carta y el retrato de una divina mujer con la que el soldado enfrentaba la muerte con más conformidad que desesperación, que también ha resultado ser mentira. Y el mar de portugueses en que navegábamos en busca de Eldorado. Y hasta aquel rey de Francia con menos palabra que honor, que nos dejó plantados. Todo pura ilusión, pura mentira Todo nos lo han quitado, tras demostrarnos que aquel cielo de allí arriba ni es cielo ni es azul, mientras Dulcinea sigue esperando en la esquina de la gran realidad del sueño que, al menos, el amor de don Quijote sea verdadero.

            Entonces, ¿qué? Pues que en vista de la nueva verdad impuesta por el relativismo y el agnosticismo, aquí estamos con los bolsillos vacíos y la esperanza en el paro y el desempleo, sólo afecta a la subvención, si acaso. Aquí estamos. Como los ancianos del lugar, en la plazuela de la aldea, sentados en el poyo de mampostería, cabizbajos y pasmados, a la espera de alguna otra verdad absoluta que nos echen los reyes magos y que vaya más allá del fementido cielo azul, que nos ha resultado el gran farsante, padre de todas nuestras quimeras, más ficciones que molinos de viento, sin siquiera el consuelo de recordar la realidad de aquel amor, de aquel hijo, de aquella patria, de aquella fe, de aquella heroicidad De aquel currículum acaso miserable, acaso virtuoso, que te abra las puertas misericordiosas de la muerte y, quién sabe, si también del cielo y su eternidad, que bien pueden ser azules y reales. Tangibles y acariciantes. Misericordiosos y comprensivos al margen de todo garantismo.
Porque muchos, con Miguel d’Ors, a pesar del clásico, seguiremos creyendo y defendiendo que sí que hay cielo y en verdad que es azul. ¿Y no es lástima que sea verdad tanta belleza!

 

 

miaarose

   

El Deseo Enmarañado

 El DESEO ENMARAÑADO

    ¡¡Qué Deseo tan atípico, éste que me habla en los últimos días!! No es de los que vienen de fuera sino que nace desde dentro de mi, desde alguna parte de mi alma más secreta.

   Le sucede, como a la cabecita de «Ilé Eroriak» que cuando tiras del borde de una idea, salen enganchadas otras mil y es casi imposible desmarañar esa multitud de cosas asociadas. El Deseo, envidia la mente de aquellas personas que parecen tenerlo todo ordenado en pequeños cajoncitos y les bastas abrir uno y sacarla, sin llevarse otras mil enganchadas. Pero el deseo no es así… lo tiene todo anudado, como si el mundo se fuera a deshacer sin esos enlaces invisibles que va creando. Cuando busca algo, todo se pierde dentro. ¿El mundo está conectado? Y es que el Deseo se empeña en buscarle puentes a todo. Y es bueno el resultado, pero te vuelve loco…

    El Deseo, hoy trae entre las manos el reflejo de un espejo con semejanza a un Dibujo y una imagen de supuesta belleza simplona, Gastón dice llamarlo… te desconcierta la apariencia. ¿Así me ve el mundo? Dice… Y no es el tiempo de acertar, sino que con sus reglas distintas va por otros caminos, por tiritas aun por pegar; miras boquiabierto la belleza de unos ojos y suspiras por acertar.

    Aunque, pasado un instante, el Deseo te recuerda la historia de la Belleza y su tratado de la fealdad. Y una frase…. En una frase prestada te dice que todo depende de la Sintaxis. La hermosura es como una frase bien construida, claro que sólo hay una única manera de crearla, en cambio…de la fealdad, de las frases erróneas hay infinitas formas, Me angustia pensarlo y el Deseo lo sabe, por eso sonríe.

    Pero no se queda ahí el deseo, en sus paseos por la casa, habla de llaves sin conseguir, de cerraduras que se perdieron y de ciudades cercanas, de experiencias vividas, de presión, de obligaciones, de palabras y promesas…y habla, también, de las cosas deseadas, de las que no, de lo perdido y de lo que viene. De mil cosas, todas enmarañadas.

 El Deseo, se agobia con facilidad y parece no acertar nunca…va corriendo de acá para allá, con prisas y sin llegar; con la sensación de que por más que se corra, nunca se avanza. Le duele, la falta de tiempo y cuando mira el reloj, parece maldecir esos segundos escasos que dedicarle a las cosas. El Deseo, se parece a Alicia recién llegada a su País, cuando va persiguiendo al Conejo, al Viento, o a todo lo que se mueve…que últimamente, parece ser todo.

   Y canturrea una canción tras otra, con impaciente desazón. Con los ojos tan negros que brillan y los labios rosados -y las mejillas – y la piel – y los contornos lejanos; como aquel poema, como aquel amanecer.

  Porque, este Deseo enmarañado, tiene la naturaleza de las cosas aun sin construir y se asemeja al caos de vida, desordenado, caótico, atropellando sin cesar, sin detenerse.

  Y entonces, cuando crees que ya no puedes soportarlo más…. Se detiene todo -te mira- …le viene la dulzura y cogiéndote la mano susurra: “El Universo es así…Cuando deje de moverse, todo se apagará. La vida se nutre con ese desequilibrio..la entropía, le da fuerza. Es el flujo de la energía, de la misma vida la que nos da sentido… sin él, todo sería estático, muerto… inmóvil.”

Viento. 2008

(Leer más sobre «Mi Libro de los Deseos»)

 

Entre Rodín y el Hada

HADA

Si yo no confundo tu forma y aspecto, tú eres el espíritu bribón y travieso que llaman Robín. ¿No eres tú, quizá? ¿Tú no asustas a las mozas del lugar, trasteas molinillos, la leche desnatas, haces que no saquen manteca en las casas o que la cerveza no levante espuma, se pierda el viajero de noche, y te burlas? A los que te llaman «el trasgo» y «buen duende» te agrada ayudarles, y ahí tienen suerte. ¿No eres el que digo?

ROBÍN

Muy bien me conoces: yo soy ese alegre andarín de la noche. Divierto a Oberón, que ríe de gozo si burlo a un caballo potente y brioso relinchando a modo de joven potrilla. Acecho en el vaso de vieja cuentista en forma y aspecto de manzana asada; asomo ante el labio y, por la papada, cuando va a beber, vierto la cerveza. Al contar sus cuentos, esta pobre vieja a veces me toma por un taburete: le esquivo el trasero, al suelo se viene, grita «¡Qué culada!», y tose sin fin. Toda la compaña se echa a reír,crece el regocijo, estornudan, juran que un día tan gracioso no han vivido nunca. …»

Sueño de una noche de verano

William Shakespeare

 

Las Palabras

 

Las palabras

Mariano José de Larra  

"….

…El hombre, por el contrario, el hombre habla y escucha, el hombre cree, y no así como quiera, sino que cree todo. ¡Qué índole! El hombre cree en la mujer, cree en la opinión, cree en la felicidad… ¡Qué sé yo lo que cree el hombre! Hasta en la verdad cree. Dígale usted que tiene talento. «¡Cierto!», exclama en su interior. Dígale usted que es el primer ser del universo. «Seguro», contesta. Dígale usted que le quiere. «Gracias», responde de buena fe. ¿Quiere usted llevarle a la muerte? Trueque usted la palabra y dígale: «Te llevo a la gloria»; irá. ¿Quiere usted mandarle? Dígale usted sencillamente: «Yo debo mandarte». «Es indudable», contestará.

    He aquí todo el arte de manejar a los hombres. ¿Y es malo el hombre? ¿Qué manada de lobos se contenta con un manifiesto? Carne pedirán, y no palabras. «El hambre, oh lobos –decidles–, se ha acabado: ahogado el monstruo para siempre…» «¡Mentira –gritarán los lobos–: ¡al redil, al redil!, el hambre se quita con cordero…» «La hidra de la discordia, oh ciudadanos –dice por el contrario un periódico a los hombres–,….

….. ¿Ha dicho usted «hidra de la discordia», «justicia», «procomún», «horizonte», «iris» y «legalidad»? Ved enseguida a los pueblos palmotear, hacer versos, levantar arcos, poner inscripciones. ¡Maravilloso don de la palabra! ¡Fácil felicidad! Después de un breve diccionario de palabras de época, tómese usted el tiempo que quiera: con sólo decir «mañana» de cuando en cuando y echarles palabras todos los días, como echaba Eneas la torta al Cancerbero, duerma usted tranquilo sobre sus laureles.

Tal es la historia de todos los pueblos, tal la historia del hombre… Palabras todo, ruido, confusión: positivo, nada. ¡Bienaventurados los que no hablan, porque ellos se entienden! "

 

 

 

Reflexión de Anatomía de Grey

 

Una reflexión prestada de Anatomía de Grey:

"La comunicación es una de las primeras cosas que aprendemos en la vida, es curioso que conforme vamos creciendo y asimilando palabras y aprendiendo a hablar, menos sabemos que decir o como pedir lo que queremos de verdad.

Al final no puedes evitar hablar de ciertas cosas, hay cosas que no queremos escuchar, a veces hablamos porque no podemos estar callados más tiempo. Hay cosas que exceden a las palabras, son productos de la acción, a veces hablas porque no hay alternativa. Otras cosas te las reservas y no siempre, pero de cuando en cuando, algunas cosas hablan por si solas"